SOY EL ENVIADO DE DIOS
En el manicomio, un loco gritaba: ¡Yo soy el enviado de Dios!
Se le acerca otro loco y le dice: No, ¡Yo soy el enviado de Dios!
Y así, los dos locos discuten.
Entonces, se acerca un tercer loco, y les pregunta: ¿Qué pasa aquí?
Y el primer loco dice: ¡Yo soy el enviado de Dios!
Y el segundo dice: No, ¡Yo soy el enviado de Dios!
Entonces, el tercer loco dice: Un momento, ¡Yo no he enviado a nadie.
TU VOZ ME RECUERDA EL MAR
Estaba un hombre viendo televisión muy relajadamente. Llega su esposa y empieza a recriminarle, a hacerle reclamos en forma vociferante.
El marido ante esta situación le dice: Mi amor, cuando oigo tu voz me recuerda el mar.
La esposa muy emocionada y exaltada, en un acto de romanticismo, le pregunta: ¿verdad mi amor que mi voz te recuerda el mar?.
Si mi amor, porque cada que la escucho: me mareo, dice el hombre.
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